Juan 1:1 Introducción a la Revelación del Verbo Explicación desde su contexto original
Un Testimonio Ocular de la Gloria de Jesús ¿Quién es El Verbo en el Evangelio de Juan?
Muchos han intentado comprender quién es Jesús, pero pocos han tenido el privilegio de verlo cara a cara, escuchar sus palabras y tocar la esencia misma del Hijo de Dios. Juan, el discípulo amado, y Juan el Bautista fue uno de esos testigos oculares que caminó junto a Él y presenció su poder, y vio su gloria.
En el comienzo de todo, antes de que el mundo existiera, Juan nos revela un misterio asombroso y profundo: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios". Estas palabras no son simples afirmaciones; son una ventana abierta a la eternidad, a la esencia misma de Dios. El Verbo, eterno y divino, no solo estaba con Dios: era Dios. En Él se originó la vida, y esa vida es la luz que brilla en la oscuridad, una luz que jamás puede ser apagada. Pero lo más impresionante está por venir... ese Verbo eterno se hizo carne y habitó entre nosotros. ¡Dios mismo caminó entre los hombres! Prepárate para sumergirte en la majestuosa revelación de Juan 1:1, donde el infinito se cruza con lo humano, donde la eternidad toca el tiempo, y donde la gloria del Hijo de Dios llena de gracia y verdad está al alcance de todo aquel que busca. ¡Esta es una verdad que cambiará tu vida para siempre!
Significado de "En el principio era el Verbo" en Juan 1:1 El misterio, escrito desde el corazón de Dios
En el evangelio de Juan, él nos introduce un profundo misterio, escrito desde el corazón mismo de Dios: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Pero, ¿qué significan estas palabras? ¿Qué verdad quiso revelar Juan al escribirlas en el original griego?
La relación entre el Verbo y Dios en la Biblia
El término griego que usa Juan para referirse a Jesús es "Λόγος" (Logos), traducido como "el Verbo" o "la Palabra". En ese tiempo, Logos no era solo un término común; en el pensamiento griego representaba la razón suprema, el poder que ordenaba el universo. En el pensamiento judío, era la Palabra de Dios que traía la vida y la creación. Juan, al usar esta palabra, estaba revelando algo asombroso: Jesús es el Verbo eterno, el mismo que estuvo con Dios desde antes de la creación y que, de hecho, es Dios mismo.
La misma gloria del Hijo unigénito del Padre
Juan no se detiene ahí. Nos dice que “vimos su gloria” (Juan 1:14), la misma gloria del Hijo unigénito del Padre. No habla de rumores ni de historias contadas por otros. Juan lo vivió, lo experimentó, lo vio con sus propios ojos. Y lo más sorprendente es que este Verbo, que es Dios, se hizo carne y vino a habitar entre nosotros.
La palabra "unigénito" (del griego monogenēs ) no significa que Jesús fue creado o engendrado en el tiempo, sino que Él es el único Hijo en una relación especial y eterna con el Padre, compartiendo su misma naturaleza divina. En otras palabras, Jesús es el Hijo único e incomparable, que comparte la misma esencia y gloria que el Padre .
La gloria de Jesús es la misma gloria que pertenece a Dios y refleja su carácter y su naturaleza. Al decir que vieron su gloria, Juan está diciendo que los discípulos presenciaron no solo la grandeza de Jesús como hombre, sino la revelación de Dios mismo en Jesús. Esto es lo que lo hace tan extraordinario: ver a Jesús es ver al Padre (Juan 14:9).
El Verbo y la fuente de la vida
¿Qué es lo que hace que esta revelación sea tan poderosa? Juan nos muestra que Jesús no es solo un maestro o un profeta. Jesús es la fuente misma de la vida eterna. Él no solo habla de vida eterna, Él la ofrece, porque Él es la vida. Como dice en Juan 10:28: “Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán”.
Creer en Jesús para tener vida eterna ¿Deseas tambien Vida Eterna?
¿Qué significa esto para ti? Significa que creer en Jesús es más que aceptar una creencia o un dogma, es acceder a la fuente de la vida eterna Jesús no solo vino a darnos esta vida; Él la posee eternamente porque es Dios. Él es el eterno "Yo Soy", el mismo que le habló a Moisés desde la zarza ardiente, y ahora te habla a ti, diciéndote: “Ven a mí, y tendrás vida eterna”.
Cristo es el Dios eterno, el mismo Yo Soy que se manifestó a Moisés, y que solo alguien con una naturaleza divina puede ofrecer vida eterna y redención para la humanidad
El Verbo o la Palabra desde la fuente original un testimonio fiel
Descubrir la verdad de Jesús desde las palabras originales, desde el testimonio del discípulo que vio su gloria, puede cambiar tu perspectiva por completo. No te quedes con lo que otros puedan decir. Vuelve a las palabras que escribió Juan en los originales. Descubre por ti mismo que creer en Jesús es recibir el mayor regalo: la vida eterna.
La Revelación de Jesús como el Verbo de Dios según Juan
Al mirar esta revelación con nuevos ojos, podrás ver lo valioso que es creer en Jesús, no como una opción más, sino como la única fuente de vida eterna. Antes de buscar respuestas en otras fuentes, primero acércate a la fuente original, tal como fue revelada por Juan, el testigo ocular de la gloria del Verbo de Dios.

Juan 1:1 es uno de los versículos más profundos y teológicamente ricos de toda la Biblia, y al entender su contexto dentro del evangelio de Juan, podemos comprender mejor por qué el apóstol utiliza este lenguaje tan cargado de significado. El Evangelio de Juan se diferencia de los otros tres evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) por su enfoque más profundo y filosófico sobre la identidad de Jesús, presentándolo no solo como el Mesías, sino también como Dios mismo.
Contexto de Juan 1:1
Juan comienza su evangelio con un prólogo que abarca los primeros 18 versículos del capítulo 1. En este prólogo, Juan establece el marco teológico de su obra, enfocándose en el concepto del "Verbo" (griego: Logos) como una forma de describir la naturaleza divina de Jesús. La palabra Logos tenía un significado muy amplio en la filosofía griega y en la cultura judía, refiriéndose tanto al principio creador del universo como a la sabiduría y palabra de Dios que da orden al caos.
Juan presenta a Jesús como el Logos, la Palabra preexistente, y comienza su evangelio de manera que refleja claramente el inicio del libro de Génesis: "En el principio..." (en griego: En arjé). Al usar este mismo lenguaje, Juan está haciendo un paralelismo con la creación del mundo, implicando que Jesús no es parte de la creación, sino que es el creador y que estaba presente antes de que todo existiera. Jesús no fue creado; Él es eterno y es el agente de la creación. Es a través de Él que todo fue hecho, mostrando su divinidad y su papel fundamental en la creación y la historia de la humanidad.
Desglose de Juan 1:1
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios"
- "En el principio era el Verbo": Aquí, la palabra era (griego: en) es clave porque indica existencia continua. Juan no está diciendo que el Verbo "comenzó" a existir en el principio, sino que ya estaba allí. Jesús, como el Logos, es eterno, preexistente, y estaba antes del tiempo y de la creación.
- "Y el Verbo era con Dios": Esta parte enfatiza la relación personal que el Logos tiene con Dios Padre. La frase "con Dios" en griego es pros ton Theon, lo cual implica una comunión íntima y cara a cara. No hay separación entre el Verbo y Dios, pero al mismo tiempo se establece una distinción entre las dos personas.
- "Y el Verbo era Dios": Esta es una afirmación directa de la divinidad de Jesús. No solo estaba "con" Dios, sino que "era" Dios. Aquí es donde se fundamenta la doctrina de la Trinidad: aunque Jesús es una persona distinta del Padre, ambos comparten la misma esencia divina.
¿Por qué Juan escribe esto?
El Evangelio de Juan fue escrito para demostrar que Jesús no era solo un profeta, un maestro o un líder espiritual, sino Dios mismo hecho carne. Los lectores originales de este evangelio probablemente enfrentaban falsas enseñanzas que negaban la divinidad de Cristo. Al escribir esto, Juan deja en claro que Jesús no fue creado, ni es un ser menor. Él es eterno, con Dios desde el principio, y es completamente divino.
Este prólogo también introduce un tema central del evangelio de Juan: Jesús es la revelación de Dios en el mundo. Todo lo que Dios es, lo podemos ver en Jesús. Él es la Palabra de Dios, la revelación final y perfecta de la voluntad y el carácter de Dios.

Texto original en griego (Juan 1:1):
Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ Λόγος, καὶ ὁ Λόγος ἦν πρὸς τὸν Θεόν, καὶ Θεὸς ἦν ὁ Λόγος.
Transliteración: "En archē ēn ho Logos, kai ho Logos ēn pros ton Theon, kai Theos ēn ho Logos."
Traducción literal: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios."
Análisis y explicación:
“En el principio era el Verbo” (Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ Λόγος):
Ἐν ἀρχῇ (En archē): La frase "en el principio" es idéntica a Génesis 1:1, lo cual conecta este versículo con la creación del universo. Aquí, Juan está diciendo que el Verbo (el Logos, refiriéndose a Jesús) existía desde la eternidad. No tuvo un principio, sino que estaba presente antes de la creación del mundo. Esto enfatiza la preexistencia de Cristo.
ἦν (ēn): Este verbo está en tiempo imperfecto, lo cual implica una acción continua en el pasado. Juan no dice que el Verbo comenzó a existir, sino que siempre existió.
ὁ Λόγος (ho Logos): El término griego Logos significa "Palabra", pero tiene un trasfondo rico en la filosofía griega y en la teología judía. Para los griegos, el Logos era el principio racional que gobernaba el universo. Para los judíos, la Palabra de Dios era su autoexpresión y su poder creativo. Aquí, Juan identifica a Jesús como esa Palabra viva, la auto-revelación de Dios y el agente de la creación.
“Y el Verbo era con Dios” (καὶ ὁ Λόγος ἦν πρὸς τὸν Θεόν):
πρὸς τὸν Θεόν (pros ton Theon): La preposición pros indica una relación cercana, íntima y activa. Significa que el Verbo estaba en una comunión eterna y dinámica con Dios Padre. Esto implica una distinción de personas dentro de la Deidad: el Verbo y Dios el Padre no son la misma persona, pero comparten una relación única y eterna.
Aquí vemos una clara referencia a la Trinidad, en la cual Jesús, el Verbo, es distinto del Padre, pero está en perfecta comunión con Él. Este versículo muestra que el Jesús, el Verbo, no era un ser creado, sino que estaba en una relación eterna con Dios antes de la creación.
El significado de la palabra "era" en Juan 1:1
En Juan 1:1, la palabra "era" en griego es ἦν (ēn), que se repite tres veces en este versículo. Este verbo está en el imperfecto, lo cual indica una acción continua en el pasado. Por lo tanto, al decir "era", Juan no está hablando de un punto específico en el tiempo, sino de una existencia continua y eterna del Verbo (Jesús) antes del comienzo de todas las cosas.
Al enfatizar "era", podemos entender lo siguiente:
- "En el principio era el Verbo": Jesús, el Verbo, siempre ha existido, no tiene un comienzo. No comenzó a existir en el tiempo, sino que ya existía aun antes de la creación del universo.
- "Y el Verbo era con Dios": Esta relación de cercanía con Dios siempre ha sido; no es algo que empezó en un momento, sino que es una relación eterna.
- "Y el Verbo era Dios": La naturaleza divina del Verbo siempre ha sido; Jesús no se convirtió en Dios en algún punto, Él siempre ha sido Dios.
Por lo tanto, el énfasis en "era" subraya la eternidad de Jesús, su preexistencia y su identidad divina, desde antes del tiempo y la creación.
“Y el Verbo era Dios” (καὶ Θεὸς ἦν ὁ Λόγος):
καὶ Θεὸς (kai Theos): La palabra Theos significa "Dios". En griego, no tener un artículo antes de Theos no significa que se trata de "un dios" (como han traducido incorrectamente algunas versiones), sino que se está describiendo la esencia divina del Verbo. El Verbo es Dios en su naturaleza y esencia.
El orden de las palabras en griego es importante. En lugar de decir "ho Logos ēn Theos" (el Verbo era Dios), Juan escribe "Theos ēn ho Logos". Esto enfatiza la naturaleza divina del Verbo sin confundirlo con el Padre. Es decir, Juan no está diciendo que el Verbo es idéntico al Padre, sino que el Verbo es Dios por naturaleza, compartiendo la misma divinidad.
Contexto teológico y bíblico:
Juan 1:1 es una introducción a la gran narrativa del evangelio de Juan, donde el apóstol desea mostrar quién es Jesús desde el principio: Jesús es el Verbo eterno de Dios, preexistente y divino. Él no es un ser creado, sino que siempre ha existido, y fue por medio de Él que todas las cosas fueron creadas (Juan 1:3).
Este versículo establece tres verdades fundamentales sobre Jesús:
- Preexistencia: Jesús existía desde el principio, antes de que el mundo fuera creado.
- Distinción: Jesús es una persona distinta del Padre, pero está en perfecta comunión con Él.
- Divinidad: Jesús es plenamente Dios, de la misma naturaleza que el Padre.
A lo largo del evangelio, Juan refuerza estas ideas, mostrando a Jesús como el Hijo de Dios, que es a la vez uno con el Padre (Juan 10:30) y que vino al mundo para revelar al Padre (Juan 1:18).
Conclusión:
Juan 1:1 es una declaración sobre la preexistencia, presentando al Verbo como el agente de la creación y la manifestación de Dios en el mundo. Al comparar este texto con el resto del evangelio, queda claro que Juan escribe con la intención de llevarnos a reconocer a Jesús como el Dios eterno y el Salvador del mundo.
Juan 1:1 es un versículo crucial que afirma la divinidad de Jesús, su relación eterna con el Padre, y su rol como la Palabra de Dios que revela y ejecuta los propósitos divinos. Este versículo también sienta las bases para la comprensión cristiana de la Trinidad y refuta cualquier intento de minimizar la naturaleza divina de Jesús. Juan, inspirado por el Espíritu Santo, nos presenta a Jesús no solo como un maestro o profeta, sino como el Dios eterno, a través de quien todo fue creado y quien se encarnó para nuestra salvación.
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Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo á los que moran en la tierra, y á toda nación y tribu y lengua y pueblo,Apocalipsis 14:6
La Revelación de Jesús como el Verbo de Dios según Juan
Juan 1:1 es uno de los versículos más profundos y teológicamente ricos de toda la Biblia, y al entender su contexto dentro del evangelio de Juan, podemos comprender mejor por qué el apóstol utiliza este lenguaje tan cargado de significado. El Evangelio de Juan se diferencia de los otros tres evangelios (Mateo, Marcos y Lucas) por su enfoque más profundo y filosófico sobre la identidad de Jesús, presentándolo no solo como el Mesías, sino también como Dios mismo..
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